Toda la gente sueña con tener el mejor auto, las mejores cosas, las
mejores marcas en ropa y calzado; pero pocos son los que verdaderamente se
preocupan por tener una excelente calidad humana.
El mundo del consumismo nos orilla a una cultura en donde lo material
vale más que la calidad humana, donde la corrupción es más perseguida como
recurso para tener una vida más cómoda.
Mucha gente piensa que mientras más dinero tenga, tiene más calidad
humana que cualquier otra. Otros piensan que con estudiar mucho y tener grandes
cantidades de reconocimientos, pueden tener mejor calidad humana. La naturaleza
humana radica en compartir, servir, convivir, amar y ayudar a los demás.
De qué sirve tener un buen automóvil sin nadie para salir a dar una
vuelta, de que sirve tener un campo de fútbol sin nadie con quien jugar, de que
sirve pagar por tener la compañía de una persona.
En la escuela nos dotan de conocimientos que utilizaremos para nuestra
práctica profesional, nos enseñan a cómo vivir la vida en comunión con nuestro
entorno, pero cuando llegamos al mundo del consumismo, nos dejamos llevar por
falsas apariencias.
La vida cómoda es la que buscamos, seleccionamos las mejores palabras y
frases que los otros quieren escuchar, no decimos lo que sentimos, por el miedo
a que nos tomen como contrarios, opuestos o malos amigos por cuestionar el
trabajo o las acciones de nuestros semejantes.
Nos falta cuestionar y ser cuestionados, aceptar las críticas y tomarlas
con la responsabilidad de analizar de quienes vienen. Mucha gente carece de
calidad humana y solamente tiene dentro de sus corazones envidia de los éxitos
ajenos, mucha gente quiere arreglar la vida de los demás, olvidándose de
arreglar su propia vida; nos falta tolerancia y criticamos de más, solo hacemos
lo que nos va a dejar una buena derrama económica.
El dinero y la posición económica es lo más importante para mucha gente,
y para conseguir lo que busca utiliza todo el poder que tiene para conseguirlo,
sin importar herir a los demás en su intento.
En esta época todos hablan de calidad de productos, calidad de procesos,
calidad de servicios, pero todos nos olvidamos que debemos de trabajar por la
calidad humana, hacernos sensibles al sufrimiento ajeno, reza una frase muy
conocida; “Cuando el ultimo árbol sea talado, el ultimo pez sea pescado,
entonces el ser humano se dará cuenta que el dinero no se puede comer”. Los
invito a que reflexionemos y que le demos el verdadero valor a las cosas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nos gustaria conocer lo que piensas...